jueves, 9 de octubre de 2008

Reportaje interpretativo

Por। Héctor Vargas
corredorhector@gmail.com

Generando dependencia a Internet

Red de redes cautiva a millones de usuarios

Trabajo, diversión, ocio, información y comunicación, son sólo algunos de los factores que inciden en el crecimiento de población que hoy en día utiliza la Internet, convirtiéndose en un territorio de recursos infinitos para los cibernautas।


Pasar más horas diarias navegando antes de pasar más tiempo con su pareja, su familia o sus amigos; sentir angustia ante la abstinencia de no poder conectarse a la red y descuidar su calidad de vida, son claros indicios de que una persona está convirtiéndose en adicto a Internet, motivado por los innumerables beneficios que ésta ofrece, además de representar un atractivo incalculable, por contar con un alto nivel de entretenimiento tecnológico।


El monumental impacto social y económico que provoca la expansión de Internet es un tema apasionante que genera un incesante debate। También se analiza, desde diferentes perspectivas, pues es una cuestión sumamente importante para todos los sectores que conforman la sociedad. Al margen de este debate entre los especialistas, en muchos países se registra claramente un crecimiento en la cantidad de individuos que lo utilizan de manera desmesurada.


La sicóloga Lorena Caballero, orientadora de la Universidad de Los Andes (ULA), explicó que entre cinco y diez por ciento de los usuarios son adictos a Internet। Tal como sucede con la adicción al sexo, al juego, al trabajo o a las compras, se la considera una adicción no tóxica porque no es una sustancia química la que provoca la dependencia.


Asimismo, Caballero señala que uno de cada cinco adictos a Internet practica alguna clase de actividad sexual en línea, desde la descarga permanente de material pornográfico, hasta los contactos cybersexuales a través del Chat y las cámaras, “Amparadas por el anonimato, las personas pueden explorar fantasías sexuales ocultas o reprimidas। En muchos casos, el adicto al sexo virtual pierde el interés por su pareja y por cualquier otra relación que esté fuera del cyber espacio. Hay matrimonios que se rompen por esta causa”, advierte la especialista.


Pero el cyber sexo casual no es el único motor que moviliza las relaciones virtuales। También crece la cantidad de personas que mantienen verdaderos noviazgos por Internet y establecen vínculos afectivos muy estables con individuos que no conocen en persona y que, probablemente, jamás conocerán.


Sin embargo, la especialista de la salud mental cree que no hay razón para considerar que Internet sea adictiva। “Internet es un medio de comunicación, sólo hay que tener mucho cuidado porque hasta los momentos no hay ningún indicio de que haya una correlación entre el uso permanente de Internet y algún problema de salud mental”, Subraya Caballero. Sin embargo, admite que detrás del uso excesivo de la red pudieran esconderse otros problemas “Puede tratarse de sujetos que tienen miedo al fracaso, que sufren fobia social o tienen serias dificultades para establecer vínculos afectivos”.


Señales de alarma


Para identificar los síntomas que generan una conducta dependiente, excesiva o compulsiva, se debe hacer un seguimiento de los usuarios, es decir, revisar qué hace con su tiempo libre, la importancia que le dan a Internet, para poder hallar algunos síntomas entre los que se pueden mencionar una inversión de prioridades afectivas, que es el más alarmante y alude a quienes dan prioridad absoluta a las actividades on line en su tiempo libre। Se descuidan vínculos afectivos que antes resultaban muy importantes. En otros casos, se abandona por completo la asistencia a eventos sociales.


También, se cuenta con adaptaciones nocivas, es decir, la necesidad imperiosa de conectarse puede llevar a alterar completamente la rutina de una persona, al punto de incumplimiento de obligaciones personales o laborales y por último un excesivo deterioro de la calidad de vida, a fin de disponer de más tiempo para estar en línea। Muchos se quitan horas de descanso, otros dejan de sentarse a comer o abandonan el gimnasio, el club y otras actividades saludables.


Padres en escena


Otra de las preocupaciones es la de los padres, quienes deben estar al tanto del número de horas que pasan los jóvenes chateando। Motivado a que el Chat es una herramienta en la que no se pone en juego la dimensión corporal y considerando que la adolescencia causa conflicto, la conversación el línea constituye a esa edad una alternativa válida de comunicación que no es nociva en sí misma, siempre y cuando no se convierta en el único medio que utilice el joven para establecer sus vínculos.


El mayor dilema que presenta la incorporación de Internet a la vida familiar es cómo regular y administrar el uso que le dan los más pequeños। El primer signo que se detecta en niños y adolescentes que pasan demasiado tiempo conectados es la trasgresión de las rutinas de estudio, el irrespeto de los horarios y la tardanza al acudir al llamado de los padres a la mesa familiar.


Hay un consenso generalizado entre profesionales de la salud y expertos sobre el impacto de las nuevas tecnologías sobre la importancia de que los padres tomen ciertas previsiones para evitar situaciones indeseables।


Por ello, es necesario que se creen espacios; si bien hoy es muy frecuente que los niños tengan en su cuarto un televisor y una computadora, lo más conveniente es que la computadora esté instalada en los lugares compartidos con el resto de la familia, ya sea en la sala, la biblioteca o la cocina। Y en cuanto a los horarios, es preciso que los adultos determinen cuántas horas pasan los niños diariamente frente a la pantalla y cuánto dedican a cada una de las actividades virtuales como chatear, buscar información y jugar.


Xiomara Bueno de Ruiz, es madre de dos hijos menores de edad y, expuso que los límites se deben tomar desde el hogar, y lo conveniente es delimitar qué se puede hacer y qué no en este caso de la Internet. Asimismo establecer, por ejemplo, la prohibición de que ingieran alimentos mientras permanecen sentados frente a la computadora, teniendo una participación activa, es decir, quienes introducen en casa Internet para sus hijos y no son usuarios de esta herramienta deben familiarizarse lo antes posible con el mundo virtual y conocer las posibilidades que brinda। Estar ajeno en este caso, puede implicar la imposibilidad de controlar los potenciales desbordes de los menores.


Es importante saber que existen programas que dan reporte de los sitios Web que los niños visitan y restringen al ingreso a las páginas de contenido adulto, los padres deben consultar a su proveedor de Internet para conocer las opiniones।


Generaciones digitales


Las nuevas tecnologías plantean una inversión de roles, porque los más pequeños suelen saber más que los padres sobre el manejo de las computadoras o los celulares। A los nacidos con los avances tecnológicos ya instalados en el hogar, se les define como nativos digitales, ya que en muchos casos manejan aparatos complejos incluso antes de aprender a leer.


Es frecuente entonces que los adultos pidan ayuda a los jóvenes। Los especialistas consultados coinciden en que es un despropósito prohibir Internet a niños y adolescentes o regular su uso, por la magnífica fuente de recursos y conocimientos que la red representa. Sin embargo, advierten que es imprescindible establecer regles claras y poner atención a los adultos.


La doctora María Eugenia Bello, es docente en la Universidad de Los Andes (ULA), ella cree que además de una vía para establecer relaciones, la red también es un medio para canalizar ciertas compulsiones, por ejemplo, la adicción al juego, o la adicción a las compras compulsivas।


“En Internet la gente se comporta de forma semejante como lo hace en la vida real। Si se producen excesos, compulsiones o infidelidades es necesario revisar la estructura de personalidad del sujeto”. Así pues, la especialista explica que la semilla de esos comportamientos estaba instalada en la psiquis del individuo mucho antes de que llegara la tecnología a su vida.


En algunos países, como Estados Unidos y China, hay instituciones dedicadas a rehabilitar a los adictos a Internet। En otros en cambio, entre ellos Venezuela, no existe una asistencia sicológica específica para el tema. En esos casos, quienes necesitan ayuda para revisar su relación con la red deben recurrir a un psicólogo para recibir orientación. Si se trata de niños, lo ideal es consultar además a un psicopedagogo.


Por otra parte, Francisco Colmenares, coordinador de la Escuela de Medicina en el Táchira (Labiemet), explicó lo que significa la “vida off line”, que significa fuera de la red। Para ello es necesario estimular a los jóvenes con actividades que sean absolutamente opuestas a la vida on line: deportes, cine, excursiones de turismo urbano, contacto con mascotas, paseo al aire libre.


Al tratar de imaginar el impacto social que existe hoy día con los cibernautas, son innumerables los elementos que pueden surgir con el estudio de esta actual realidad, por ello es primordial documentarse antes de recibir este servicio en cualquier casa, y mucho más si hay niños, ya que si no se les hace una instrucción acerca de cómo utilizarlo pueden repercutir en sus comportamientos ante la sociedad.

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